viernes, 6 de noviembre de 2009

Nota publicada por Revista Ginasiá! nº1



¿Cómo se puede explicar que desde aquel febrero de 2006 cuando Gimnasia fue a jugar a 25 y 32 nunca más se pudiera ganar un clásico, es más solo consiguieran dos empates y uno de ellos con un agónico gol del rival, en tiempo de descuento.
Son tantas las preguntas. ¿Existen las casualidades? ¿Las rachas son casualidades o causalidades?
Están aquellos que dicen, es culpa de los jugadores o el planteo táctico y punto. Nada tiene que ver el escenario ni el estado de la institución que sostiene ese equipo. Visto desde este punto: sería pura casualidad que Gimnasia que venía de diez años de no perder un solo clásico en su reducto del Bosque y al cambiar de escenario, no gane ningún clásico más.
Las rachas y las canchas “adversas” para algunos rivales existen. Rosario Central mantuvo una racha negra de 18 años sin ganar en el estadio de Newells. Racing Club estuvo 39 años sin ganar en 60 y 118. Independiente lleva 12 años sin poder ganarle a River en el Monumental y 13 sin ganar en el Bosque.
La fuerza de la localía suma, no siempre es “el” factor que desnivela, es obvio, pero los números indican claramente que el local siempre tiene cierto favoritismo, cierto plus de ventaja. Sea: Boca, Gimnasia, Central, Olimpo o Yupanqui, en todos los casos, el local logra, a lo largo de la historia, siempre más puntos en su cancha que afuera. Entonces no es que son, simplemente, once con otra once y dos planteos tácticos sin importar el marco y otros factores.
A River le cuesta ganar en La Boca; Boca, con largas rachas a favor, nunca tuvo más partidos ganados que River en Nuñez.
Más allá de los planteles, existe algo que denominamos “actitud”. Sino sería imposible que la selección uruguaya ganara en el Marcaná y pasó. Pero también es cierto que son excepciones, por ende, vale la redundancia: son partidos que se recuerdan justamente por lo excepcional.
Siempre hay alteraciones mínimas en las estadísticas, casos que alteran una regla, pero son “islas”, infrecuentes.
Gimnasia dejó de ser local y a partir de allí no ganó ningún clásico más, ya no le pudo ganar ni a Boca ni a River ni a Racing. Gimnasia que por partidos de la Conmeboll, Sudamericana y Copa Libertadores, nunca había sufrido una derrota en su estadio, con un equipo extranjero, dentro de los 90’ perdió en 25 y 32. En más de 100 años de historia, Gimnasia nunca había perdido un clásico jugado en el mes de Abril: también cayó esa estadística en 25 y 32. La última victoria del Lobo se remonta al 4 a 1 cuando el clásico rival luchaba por alcanzar la punta del torneo y Gimnasia lo humilló en el Bosque dejándolo sin chances.
Pasaron: Troglio, Maturana, Falcioni, Sanguinetti, Madelón. Jugaron: Vargas, Licht, Civelli, Messera, hasta el Pampa que cada vez que había jugado les había marcado un gol…pero no. Gimnasia no ganó un solo clásico en el estadio “trucho”. ¿Todo eso sería una suma de casualidades? ¿Datos que estrictamente demuestran que en todos esos partidos Gimnasia fue superado con justicia? ¿Una maldición?
Encontramos un blog (para aquellos que creen en estas cosas)
http://www.defutbolyfulbito.blogspot.com/ que habla de magia negra en el fútbol platense y en la última parte, preguntan si ciertos resultados son simples coincidencias o no – fue aquello que nos llevo a escribir esto - y se titula: “Maldición política o política maldita” y dice: “…El estadio único, nació y creció en la polémica y también tuvo su “maldición” para los políticos, ya que todos aquellos políticos que lo apoyaron sufrieron derrotas electorales: “Chiche” Duhalde - aseguran que fue una de las propulsoras del moderno estadio- ; Eduardo, su esposo que por esta “maldición” vio como se postergaba el estreno del mega-estadio y fue de invitado y no como gobernador, como él lo deseaba públicamente; también el intendente Platense Julio Alak y ni hablar del verborrágico: José Muñoz, el polémico ex-presidente del Club Gimnasia, que luego de decidir que el hechizo del estadio de Gimnasia no era tal y entonces llevar al equipo tripero a jugar al “único”, perdió dos elecciones seguidas (por vocalías y como presidente). La actual presidenta de la República, cuando estaba en campaña, dicen se negó a efectuar un acto en el estadio único (y ganó) y se sabe que ningún político se atrevió, hasta ahora, a miting político alguno en dicho lugar. Maldiciones. Brujerías. ¿Quién cree? Las coincidencias son muchas y los números hablan por sí solos…”
Hoy podemos agregar, aunque es otro tema, que el candidato que “cerro” parte de su campaña con un acto en 25y 32, prometiendo su techado…no le fue muy bien en las elecciones.
Cerrando el tema, dejando de lado las coincidencias, las creencias, está demás decir que no hay recetas infalibles para el éxito. Pero si las hay para el fracaso.
Alguien alguna vez tendría que tener autocrítica y admitir el error de haber mudado al Lobo de su hábitat.
Alguien alguna vez tendría que empezar una política donde el dinero que ingrese sea destinado a obras para hacer un club fuerte. Porque con una institución fuerte, los buenos resultados vienen solos. Pero esto no tiene que ser la medida de una comisión directiva, esto tiene que ser un pensamiento de todos. Y cuando se va a gastar mucho dinero en un jugador, por más nombre que tenga, los mismos socios digamos, vamos a lucharla con lo que tenemos y usemos ese dinero para el semillero, para el Bosquecito, para el estadio. Vamos ser fuertes primero como club, que los resultados después vienen solos. Si los socios vivimos solo para el “hoy”, no le pidamos a los directivos que mañana ganemos. Sería una contradicción. Es como te enseña el boxeo: Primero aprendé a defenderte. Después pegas. Y cuando es así. Yendo en orden. Se gana las peleas. Sino es como ir a pegar exponiendo la cara, con los dos puños adelante y los ojos cerrados. Te podrá salir una, pero la mayoría de las veces, vas a terminar en el piso. No quiere decir ser defensivo, sino cumplir los pasos. Hacerte fuerte para ganar las peleas que vengan.
Pareciera ser que nos equivocamos, que en algún momento modificamos los valores. La cuestión era estar cómodos, que uno con dinero comprara jugadores que nos iban asegurar grandes “éxitos”…Y un castigo cayó sobre todos nosotros, justos y pecadores, a partir de febrero de 2006. ¿Dejar tu lugar? ¿Renegar de tu patrimonio para sentarse en un lugar más cómodo? Así nos fue. Cómodos sí, vimos como bajábamos el promedio, cómodos presenciamos el peor clásico de nuestra historia y nos olvidamos como era ganar un clásico. Dejamos al lobo rodeado de butacas en lugar de tilos, en un lugar que no sabe de papelitos, salvo por máquinas, que no tiene colores, que fue diseñado por ellos y para ellos…Entonces quizás no sea una “maldición” aunque, sinceramente, lo parezca. Son resultados de que en algún momento nos olvidamos de que Gimnasia es una institución que contiene y expresa la pasión de un pueblo. Es decir: es mucho pero mucho más que un equipo de fútbol, que resultados deportivos o un puente para que pasen jugadores que no les importe la camiseta. No necesitamos un salvador si cada uno pone un ladrillo y un poco de paciencia para ver crecer los frutos.
En 1992, en radio provincia, en un programa llamado “Mesa de Deportes”, el periodista Néstor Basile le hizo una entrevista al Dr. René Favaloro. Recién se comenzaba a hablar del tema de la construcción de un estadio para que Gimnasia compartiera con su rival y el entrañable Doctor, dejando mudo (que no es poco) y emocionado a Basile y su compañero Javier Limousin: “la idea mudarse en lugar de cultivar los cimientos ya existentes no me atrae: Doña Cesárea, mi abuela, me enseñó desde muy chico, a amar la tierra. Los tilos que rodean el estadio de Gimnasia, su perfume, sus cambios acompañando el clima, son parte de mi historia, cuando iba con mi tío o cuando acomodaba los horarios de estudio, ya siendo más grande: No son solo recuerdos, son raíces, tallos donde floreció un sentir, como indudablemente le pasó a mucha gente. Y eso recuerdos hay que protegerlos, son como dije antes, un cimiento humano necesario”.
¿Qué más se puede agregar a las palabras del Doctor Favaloro. Que con su tono campechano, su facilidad de palabra siempre apuntaba a lo humano, a lo esencial.
Habría que haberle echo caso a quién tantas vidas supo salvar.
Será tiempo ya de valorizar y resguardar lo nuestro.
Dejamos pasar muchas. Cuando en 32 años sólo habíamos perdido dos clásicos en el Bosque: no lo supimos comunicar ni valorar. Cuando ganamos la Copa Centenario en 60 y 118, tampoco. Cuando tuvimos la oportunidad de tener la única cancha de cemento en la ciudad, con nuestros colores y para nuestra gente…lo desaprovechamos. Compramos la idea de progreso, de comodidad ajena y compartida. Hoy estamos pagando todo esto. Nos queda lo mejor que tenemos: la gente. El 8 de Agosto de 2009 Gimnasia convocó 5000 hinchas en Estancia Chica y el ganador de la copa llevó 250 simpatizantes al country…Eso hay que valorarlo y potenciarlo. Valorar lo nuestro y potenciarlo. Cada vez más concientes de esto. Cada vez más unidos tras un proyecto que desemboque en un estadio gigante, un bosquecito de lujo con cientos y cientos de pibes que garanticen el futuro y muchos socios, muchas filiales y muchas camisetas que salgan siempre orgullosas tras derrotas o victorias. Cada vez más fuertes. Si después de todo, más allá de lo que nos pase en lo deportivo, bueno o malo, cada vez somos más triperos.

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