lunes, 8 de febrero de 2010

Me caen muy mal....


Pareciera que es más fácil saber a donde no vamos a ir que a donde queremos llegar. También es cierto que nuestra identidad se basa en lo que somos pero también en lo que no somos. (Eduardo Galeano dice “somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”) Ya esto parece un trabalenguas pero viene a cuento de una charla que tuve con unos amigos hace un tiempo. Hablábamos sobre una persona que nos desagrada. Hablábamos de ciertas de sus actitudes que nos molestaban y partir de este personaje, empezamos a darnos cuenta que teníamos entre nosotros mas puntos en común de lo que pensábamos. También nos unían el rechazo a ciertas conductas. Esto nació describiendo tipos de personas que nos caen mal…
Y no pude con mi genio y después de esa charla me puse a escribir y…escribí bastante (se ve que es fácil saber qué actitudes o qué clase de tipos nos caen mal)
Paso a detallar para que aquellos que quieran estar avisados tengan en cuenta, y por favor me notifiquen de peligros y/o me excluyan de su círculo social. Después de todo, cuando van pasando los años uno ya se va acomodando en la tribu que quiere vivir, en los caminos que desea andar y selecciona los sueños donde depositar más su energía.
Por todo esto, aviso que me cae muy mal:
El boludo que en lugar de fijarse si le parece lindo o cree que queda bien, precisa saber si la ropa es de marca.
El nene de Mamá que no se banca una lluvia y se resfría casi de antemano. El que necesita la billetera llena y el auto nuevo para salir a levantar una mina. El que apaga la luz de noche y vive supeditado a las reglas establecidas y a las jerarquías, sin discriminar si son justas.
El que no le encuentra demasiado gusto a nada, salvo a lo que es de alto precio o aquello que hace la gente muy famosa.
El que se cree un “master” porque señala el error del que pinta un cuadro o una pared. El que se ríe y descree del que sueña, del que trabaja en algo inusual o del que demuestra pasión por algo que no tiene nada que ver con el dinero. El recolector de fracasos ajenos que no distingue los barcos en el mar pero si enumera los que encallan.
El que enfatiza de Napoleón Bonaparte, estratega y emperador…que era petizo. El que va al cine y se queda con el desnudo o los efectos especiales y no le queda nada de la historia.
El que busca el negocio en lugar del placer. El que busca el error hasta en la magia; típico bolas triste que se pavonea de haber visto y señalado la estrella que no brilla tanto…
El que cuando llueve y va en el auto ni se le ocurre parar a llevar al que está empapado esperando un colectivo y si se lo dicen dirá ¿para que? Siempre tendrá el argumento de un riesgo o tendrá una urgencia a mano para no ser solidario.
El que casi nunca se acuerda, salvo cuando le es conveniente, que un empleado es un ser humano y no saluda ni contesta amablemente. El que no dejará de comprarse una golosina para dar un peso a alguien que pide por la calle. El que siempre tiene un manojo de pretextos en los bolsillos para no prestar dinero, ni nada. Tiene lugar donde dormir, qué comer, puede ir a pasear, mascota bien alimentada, computadora, teléfono, luz, gas, se compra ropa para cuando llueve para cuando hace calor y para dormir pero uno lo escucha y es la gran víctima…el pobrecito… ¿Qué quieren? ¿Qué encima haga algo para ayudar a gente que no tiene esas cosas?...
El que siempre tiene a mano: presentimientos para desconfiar, indicios para ensuciar y motivos para no intentar.
El que nunca se jugó todo a un número en el casino.
El que no sale de la teoría y el purismo, no se embarra ni se preocupa por construir grandes cosas.
El medio pelo que cuando cumple 18 años necesita una limousine dorada para llegar a su fiesta, para lograr así que lo aplaudan, ya que por él mismo no lo logra. El mismo nabo medio pelo que morocho es pero se mueve y opina como rubio y se babea si le regalan la camiseta de un ex jugador de su equipo que ahora “brilla” en Europa. El correcto que jamás gritará por su equipo cuando no corresponde, ni tendrá distintivo político alguno porque no le interesa nada, salvo su propia vida.
El que cuando la mujer, la madre o la novia le dicen “no lo hagas, dejá”, aunque su conciencia le indique que debe hacerlo…aprovecha y le hace caso a ella.
El analfabeto político que describe el texto de Bertold Bretch y él se siente orgulloso de eso, lo proclama. El que describe Alejandro Dolina como refutador de leyendas y él se siente tan astuto, desmintiendo leyendas.
El que es argentino cada cuatro años, cuando juega la selección y antes del partido compra en Wall Mart una banderita, come rápido en Mcdonals tomando Coca-cola y va a mirar por tele a los once patriotas que cobran millones por jugar. Claro, sacando el mundial, él reniega de todo lo que le rodea (su patria) a toda hora, la política, las instituciones, el vecino, los métodos, la falta de aquello y de lo otro… pero… si mete un gol la selección grita que “Somos los más grandes”.
El que "no mira boludeces en la televisión" pero... ayer justo lo vi, y me hizo reír y anteayer también y “casualmente” comenta sobre eso hoy y también lo hará mañana.
El que no tiene como meta ni crecer ni merecer, simplemente pasarla bien él y ganar dinero.
El que no lee lo complicado, no subraya lo que le parece mejor, no sea cosa que la moda cambie y quede mal. Además ¿Qué gana con modificar algo? eso es similar a un compromiso, una posición en la vida, es decir incomodidades, esfuerzos que él juzga como sacrificios.
El que está muy pegadito a la queja pero ciego ante la posibilidad de ver qué hace para cambiar las cosas, es decir, es parte del problema, nunca de la solución.
Ahora, debo aclarar porque siempre hay un pelotudo o un cola de paja que al ver este pensamiento, postura, dice “es cerrarse”. No quiere advertir que simplemente, dando vuelta todo esto, se la gente que me cae muy bien; y por suerte conozco quienes son así, son parte de mi tribu y hay muchísimos más por allí. Y además hay algunos que siempre están a tiempo de hacer el esfuerzo y cambiarse de bando.
He caminado suficiente para saber que me queda mucho por aprender, mucho por hacer por los demás y por mí, pero aunque me mueva (esperemos sea para adelante) es reconfortante saber con qué tipos de personas, más allá de mis seres queridos, quiero encontrarme, con quienes quiero estar y sabiendo de que lado estoy.

Rafa Ton

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que te puedo decir... Excelente, como siempre, me onorgullesco de ser tu amigo y que me consideres como tal. Un abrazo Azul y Blanco, como siempre. Andres(ito) Ruiz

Nico (vago confeso) dijo...

Hola Rafa! sigo tu blog desde hace un tiempo pero nunca comentaba porque soy colgado y me daba fiaca hacerme una cuenta. Muy bueno el blog che! Yo tambien hice una lista de la gente que no me gusta y me acorde que vos tenias una entrada similar por eso acá estoy para saludar.

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