jueves, 15 de abril de 2010

Sobre el Deseo y la Meta a llegar.


Deseaba estar con ella, pensaba una y otra vez “quiero estar con ella” y lo logró, estuvo con ella muchas veces pero nunca llegó a ser su pareja, bueno…su deseo se realizó.·

Deseaba ser presidente, era su obsesión, pasaron algunos años, sorteó inconvenientes, lo logró. No había soñado con las acciones que llevaría a cabo en su mandato, su meta era ser presidente, su deseo primordial era llegar a esa posición. Lo logró, claro que a las pocas semanas tuvo que renunciar. No tenía derecho a quejarse, después de todo, su deseo se había llevado a cabo.·

Deseaba no estar sola, lloraba en soledad por su condición. No deseaba ser mejor, verse mejor. No deseaba otra cosa que un “hombre” cerca, así casi abstracto. Durante años tuvo algunos hombres…casi abstractos…que estuvieron breve tiempo con ella. Aunque proteste, su deseo se cumplió.·

De niña soñaba con ser famosa, que la admiraran…trascender. Desde muy chica soñaba ser “actriz” que la odiaran cuando fuera mala, que la amaran cuando hiciera el papel de buena. Hoy han pasado más de 50 años de su muerte y por su actividad política, el rol social que llevó a cabo, se la sigue odiando y amando. Su deseo era tan fuerte que se cumplió y... la trascendió.·


Deseaba amigos, sobre todo amigos. Nunca le importó el dinero. No murió en la pobreza pero sí en condiciones humildes. Su velorio estuvo repleto de lágrimas.·


Deseaba ganar dinero para que lo admirasen, ganar dinero para no sufrir lo que habían sufrido sus padres, ganar dinero para construir. Pero las segundas partes eran segundas partes. Su meta fundamental era…ganar dinero. Aún cuando la fortuna era mucha, su meta seguía siendo ganar dinero por si por alguna razón, perdía lo ganado. A costa de no tener tiempo para otras cosas su función básica era esa. Murió ante la ocultada alegría de sus descendientes que rompieron a dentelladas su testamento.·


Deseaba adelgazar, quemar grasas, su obsesión era pesar menos, repetía: “como sea pero adelgazar”. Pobrecilla, falleció de una enfermedad que la consumió en pocas semanas. Su cuerpo acató cabalmente y más, su propio deseo.·


Deseaba parecer, más no esforzarse para serlo realmente. Claro, al principio al resto le “parecía” que era, pero al rato se daba cuenta de su mentira. El deseo de parecer estaba cumplido.

El problema mayor del deseo es la confusión y su enemigo mayor: el propio miedo a no ser merecedor de la concreción de ese deseo. Es vital, para la concreción de un deseo, que lo tengamos claro, con palabras precisas, sin hipocresías y tratando de no ser egoístas (que es una forma de miopía). Muchos llegaron a las metas. Muchos llegaron pero no fueron felices. Muchos llegaron a lo que pedían pero lo pedían mal y entonces eran malas las consecuencias. Ordenar la mente, las ideas, los deseos, los miedos, es vital para obtener equilibrio y destellos de felicidad. Clarifiquemos nuestros deseos, y entonces seamos pasionales, porque la pasión racional (no el fanatismo obtuso, esta claro) es, como el deseo, es la sangre que estimula, es la vida más allá de la vida “vegetal”.Clarifiquemos nuestros sueños, necesitamos un tiempo sin aturdirnos o distraernos, un tiempo con nosotros mismos para reflexionar profundamente a donde queremos llegar y de que manera. Tengamos presente que vivimos en un mundo donde necesitamos que nos den afecto pero que también el resto espera lo mismo de nosotros. Aunque a veces por miedo o por no tener los deseos claros, no sepa transmitirlos.No confundamos nuestros deseos. Pongamos en orden, interiormente, nuestras prioridades y valores. Una vez que tengamos nuestro deseo en claro, nuestras metas, y hayamos pensado respetuosamente en los deseos ajenos, en la presencia del otro como un ser humano igual a nosotros, entonces sí, avancemos, nadie nos podrá detener. No tengamos miedo. Dejemos fluir la pasión. La conciencia de quienes somos. Nuestra identidad es importantísima. La claridad suficiente para saber el lugar donde queremos ir, que caminos sí y que caminos no, utilizaremos para llegar; toda la fe en nosotros y una premisa: cuanto mejor tratemos a los demás, aunque tarde la respuesta, mejor nos trataran a nosotros.Rafael Ton

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